¿Está todo el mundo demasiado preocupado por el tiempo que los estudiantes pasan frente a la pantalla?

Tiempo frente a la pantalla.

Tan solo dos palabras, y aun así, generan debates en reuniones de consejos escolares, foros de padres y conferencias educativas de todo el país. La preocupación es comprensible: padres, educadores y legisladores buscan lo mejor para los estudiantes. Pero, como la mayoría de los temas polémicos, la conversación sobre el tiempo frente a la pantalla en las escuelas a menudo carece de matices.

Un reciente El Wall Street Journal artículo (para los que proporcionamos datos del tiempo de pantalla) informa que los estudiantes de primero a duodécimo grado ahora pasan un promedio de 98 minutos por día en dispositivos proporcionados por la escuela—más de 20% de tiempo de instrucción. ¿Su opinión? Es demasiado.

Este mismo tema generó un intenso debate en nuestra reciente reunión del Consejo Asesor Distrital (DAC), donde los líderes distritales reconocieron que el tiempo frente a la pantalla es una preocupación importante para los padres y las comunidades, pero también señalaron los matices que se pasan por alto. No todo el tiempo frente a la pantalla es igual, y agruparlo todo pierde de vista el panorama general.

No todo el tiempo que los estudiantes pasan frente a una pantalla es igual

Es fácil agrupar toda la actividad digital, pero ese enfoque simplifica demasiado la realidad. Imaginemos estos dos escenarios:

  • Un estudiante mira videos cortos durante la clase, alterna entre sitios de juegos y lucha por concentrarse en la lección.
  • Un estudiante está usando un dispositivo proporcionado por la escuela para investigar fuentes primarias, redactar un ensayo y colaborar en un proyecto científico con compañeros de todo el país.

Ambos estudiantes pasan tiempo frente a las pantallas. ¿Pero son sus experiencias equivalentes? Claro que no.

Tiempo de pantalla de los estudiantes: consumo vs. creación

Una de las mayores distinciones en el tiempo que los estudiantes pasan frente a una pantalla es consumirlo versus crearlo:

  • Consumidor: Mirar videos, leer contenido, jugar juegos o desplazarse pasivamente por la información.
  • Creando: Escribir ensayos, codificar programas, diseñar presentaciones, producir videos, participar en simulaciones y colaborar en proyectos.

Si bien el consumo puede ser ciertamente educativo (un documental bien cuidado o un video instructivo, por ejemplo), Un equilibrio saludable entre consumo y creación Es fundamental. Las escuelas deberían centrarse en capacitar a los estudiantes para que utilicen la tecnología como herramienta de creatividad, investigación y participación, en lugar de como un consumo pasivo.

La verdadera preocupación del tiempo frente a la pantalla de los estudiantes: distracción vs. concentración

Es cierto que los dispositivos digitales introducen distracciones potenciales. Después de Babel El blog sostiene que “el aprendizaje mejora cuando los estudiantes pasan más tiempo aprendiendo”, pero que los dispositivos, por naturaleza, pueden desviar la atención del aprendizaje profundo.

Es un buen punto. Pero no tiene por qué ser así. Las escuelas pueden usar la tecnología para fomentar la concentración y minimizar las distracciones. Soluciones como Lightspeed Systems ayudan. Mantener a los estudiantes concentrados en la tarea filtrando contenido no educativo, monitoreando la participación y asegurando que los dispositivos sigan siendo herramientas para el aprendizaje en lugar de distracciones.

Una discusión más productiva sobre el tiempo que los estudiantes pasan frente a la pantalla

En lugar de centrar la conversación en “demasiado” o “muy poco” tiempo que los estudiantes pasan frente a una pantalla, deberíamos preguntarnos:

  • ¿Qué hacen los estudiantes en sus dispositivos? ¿Participan en un aprendizaje significativo e interactivo o pasan su tiempo haciendo clic pasivamente en ejercicios digitales?
  • ¿Cómo gestionan las escuelas las distracciones digitales? ¿Están los educadores equipados con herramientas para guiar a los estudiantes hacia un uso digital productivo?
  • ¿Cómo equilibramos la tecnología con otros métodos de instrucción? ¿Estamos incorporando aprendizaje práctico, debate y recursos tradicionales junto con herramientas digitales?

En resumen: el debate sobre el tiempo que los estudiantes pasan frente a una pantalla debe abarcar algo más que el tiempo.

Sí, los estudiantes pasan una parte importante de su jornada escolar en dispositivos. Pero esa cifra por sí sola no lo explica todo. Deberíamos centrarnos menos en el total de minutos y más en cómo se utilizan.

Antes de apresurarnos a reducir el tiempo frente a las pantallas en las escuelas, asegurémonos de hacer las preguntas correctas y de considerar los beneficios reales que la tecnología puede aportar a la educación moderna.